lunes, 11 de agosto de 2014

¿Sobreprotección?

Seamos sinceros: ¿a quien de nosotros, padres y madres, nos agrada la idea de ver sufrir a nuestros hijos? A ninguno obviamente, y por eso hacemos hasta lo imposible con tal de verlos felices y protegidos. Sin embargo al hacerlo, solemos cometer errores apenas perceptibles que ocasionan que nuestros hijos se conviertan en seres egoístas, exigentes y autoritarios, cuya voluntad debe cumplirse de inmediato o atenernos a las consecuencias.
Conozco muchos y muy variados casos, pero me limitare a hablar de mi experiencia personal.
Nací y crecí en un ambiente familiar muy protector, por lo cual consideré normal y hasta deseable esa situación. Al enterarnos de la discapacidad de mi hija, mi esposa y yo enfocamos todo nuestro esfuerzo en llenarla de cariño, atenciones y protegerla de todo y de todos: que no se moje porque puede enfermarse, que no coma nada frío por la misma situación, que no juegue con tierra, con lodo, con las mascotas, etc, etc,etc. Envueltos en esa dinámica, comenzamos a complacer a la niña casi cualquier capricho que tenia, ya que de no hacerlo comenzaba a llorar (tenía un año y meses de edad). De esa forma la niña (a quien por cierto llamábamos reina y/o princesa) se dio cuenta de que podía obtener lo que quisiera por medio del berrinche, situación que creció a tal grado que, cuando inicio con sus terapias de lenguaje y ocupacional, era casi imposible trabajar con ella, por lo que la terapista nos indico que primero deberíamos solucionar esa situación.
No fue nada fácil, pero tuvimos que aprender a decirle “no”, ante lo cual ella incrementaba la intensidad de sus rabietas y llanto, pero poco a poco se dio cuenta de que ya no podía utilizar esas acciones para lograr sus fines.
Hoy la situación es otra, aunque sufrimos mucho para lograrlo, todo por no haber sabido o querido decir “NO” a tiempo.

Saludos


No hay comentarios: