lunes, 4 de agosto de 2014

¿Que hacer?

Cuando se es padre/madre/familiar de una niñ@ con discapacidad intelectual, siempre surgen las dudas y el temor acerca de lo que pasará cuando el o ella alcancen su madurez sexual, sobre cómo sobrellevarla, cómo entenderla y sobre todo, la forma en que se le educará al respecto.  
Las vidas de las personas con discapacidad intelectual se desarrollan en 
entornos donde las principales interrelaciones son con la familia y 
profesionales. Por ello, el abordaje del tema de la afectividad y 
sexualidad de las personas con discapacidad intelectual resulta un 
tanto delicado. 
Para muchas familias y muchos profesionales es un hueso duro de roer y 
por consiguiente de aceptar. En muchas ocasiones se trata de ignorar y 
actuar como si no existiera. Pero en una sociedad donde el sexo está 
omnipresente a nuestro alrededor, es un error ignorar y creer que las 
personas con discapacidad intelectual no tienen esas necesidades o no 
son como los demás en este aspecto; por lo que tenemos que 
considerar la sexualidad como un elemento más dentro de nuestra 
atención a estas personas, e imprescindible para poder trabajar con los 
principios básicos de esta atención: integración y normalización. 
Para poder llevar a cabo este objetivo y plantearnos este tema de 
forma adecuada, tenemos que ser conscientes de las falsas creencias
en torno a la sexualidad de las personas con discapacidad intelectual, 
así como las implicaciones que conlleva su discapacidad. 
Algunas falsas creencias son: 
• Las personas con discapacidad intelectual son asexuadas. 
• Las personas con discapacidad intelectual son como niños y sobre 
todo en el terreno sexual. 
• Las personas con discapacidad intelectual, no resultan atractivas 
sexualmente para otras personas. 
• No se les debe despertar su interés sexual, porque son inocentes. • En general, los discapacitados no deben tener actividad sexual, ni 
formar pareja, ni casarse. 
• El coito es la conducta sexual más importante. 
• La actividad sexual es para tener hijos, los discapacitados no debe o 
pueden tenerlo. 
• Las personas con discapacidad intelectual no tienen interés sexual y 
sobre todo las chicas con dicha discapacidad. 
• La intervención en educación sexual despierta su sexualidad 
dormida e inocente. 
Implicaciones de la discapacidad intelectual que condiciona las 
posibilidades y formas de vivir la sexualidad: 
1. Dificultades para acceder a contextos de interacción social 
normalizados: 
• No tienen oportunidades para relacionarse con iguales en 
situaciones normalizadas, limitando su vida al contexto familiar 
o al centro. Si se encuentran en contextos más amplios, suelen 
estar más vigilados y controlados para evitar riesgos. 
• Las familias suelen sobreproteger a sus hijos y minusvalorar sus 
posibilidades, con lo que provoca un empobrecimiento del 
entorno y control de sus conductas “peligrosas”. 
• Ausencia de espacios y tiempos privados. 
• Resistencias de la familia y la sociedad, que hace difícil la 
formación de parejas y lo que implica. 
2. Déficits cognitivos, emocionales y conductuales: 
• Realizan aprendizajes más lentos, más erróneos y deficitarios. 
• Limitaciones para decidir y juzgar. 
• Dificultades en las habilidades interpersonales y sociales. 
3. Algunas características de personalidad: 
• Baja autoestima. 
• Labilidad emocional. 
• Dependencia de los demás et. Estas características hacen difícil la intervención en este campo. 
4. Efecto de la medicación sobre las emociones y la sexualidad 
Teniendo en cuenta estos dos aspectos, el tratamiento de la sexualidad 
en personas con discapacidad intelectual tiene que ser como en los 
demás colectivos de la sociedad. Hay que utilizar Programas de 
educación afectivo sexual por un lado con el fin de informar y trabajar 
de manera individual las demandas específicas que realizan estas 
personas. 
Desde el punto de vista del profesional nuestra obligación no sólo es 
reconocer su sexualidad, sino apoyarles para que disfruten de una vida 
sexual plena. 

Saludos a todos. 


Fuente:http://www.adimeco.org/sexualidad/ponencias/marta_pino_quintario.pdf

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